Cómo diseñar beneficios y ambiente laboral que mejoren bienestar, productividad y pertenencia. Datos de Uruguay (GPTW) y acciones prácticas para equipos híbridos.
En Uruguay, crear grandes lugares para trabajar implica combinar beneficios relevantes con un ambiente laboral que potencie colaboración y bienestar. En este artículo resumimos aprendizajes y datos clave para equipos de RR. HH. y líderes.
El mundo del trabajo está en transformación. Las empresas que buscan destacarse como “grandes lugares para trabajar” ya no pueden centrarse únicamente en el salario o los títulos de los cargos. Hoy, el diferencial está en cómo se cuida a las personas: desde los beneficios que se ofrecen hasta el ambiente que se respira.
En el primer encuentro organizado por Sinergia, Great Place To Work Uruguay, Promtior y Edenred, profesionales de gestión humana de distintas organizaciones compartieron experiencias, desafíos y buenas prácticas sobre dos grandes pilares de la cultura organizacional: el ambiente de trabajo y los beneficios corporativos. Lo que surgió del intercambio fue un consenso claro: poner a las personas en el centro no es solo un discurso, sino una estrategia que se construye día a día.

Hoy más que nunca, el ambiente de trabajo dejó de ser un espacio físico cualquiera para convertirse en una herramienta estratégica en la gestión de personas.
Es el escenario donde se construye la cultura organizacional, se fortalece la confianza y se genera compromiso.
Un ambiente de trabajo saludable, tanto física como emocionalmente, mejora la salud mental, reduce el ausentismo y aumenta la productividad.
En los mejores lugares para trabajar en Uruguay, el 87% de los colaboradores considera que su entorno es psicológicamente saludable, frente al 48% en otras empresas del mercado.
Esta diferencia no es casualidad: responde a una gestión consciente y empática, donde las personas están en el centro.
La infraestructura también juega un rol clave. Oficinas cómodas, seguras y funcionales inciden directamente en la motivación, el ánimo y el sentido de pertenencia.
Y si bien el espacio físico importa, lo que realmente marca la diferencia es la experiencia que se genera allí: la conexión entre equipos, las celebraciones, los momentos compartidos.
En Uruguay, la demanda de trabajo híbrido creció 4,2 veces desde 2022. Sin embargo, muchas organizaciones todavía encuentran obstáculos para incentivar la presencialidad. ¿La clave? Que ir a la oficina valga la pena.
Para lograrlo, las empresas están apostando a encuentros que promuevan la colaboración y el vínculo humano: afters temáticos, desayunos sin agenda, hackatones, voluntariados y rituales internos que fortalezcan la cultura.
La oficina ya no es solo un lugar donde “se trabaja”, sino un espacio donde se construyen relaciones, se comparten experiencias y se vive la cultura organizacional.
El ambiente ideal combina lo físico, lo emocional y lo relacional.
El informe recomienda que los espacios sean diseñados con base en la cultura real de cada organización, no en modas.
Escuchar a los equipos es vital: encuestas de clima, pulsos post-evento y conversaciones uno a uno con líderes ayudan a entender qué funciona y qué hay que mejorar.
Además, medir el uso del espacio en relación con variables como productividad, rotación o satisfacción permite tomar decisiones más efectivas.
Las empresas hoy conviven con hasta cuatro generaciones trabajando juntas.
Mientras los Baby Boomers y la Generación X valoran la estabilidad y la presencialidad, Millennials y Gen Z buscan flexibilidad, experiencias significativas y un propósito compartido.
El gran desafío es lograr un equilibrio que motive a todos, sin perder la coherencia cultural.
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El evento dejó en claro que el ambiente de trabajo no puede gestionarse como un tema secundario.
Es el contexto donde sucede todo: desde la productividad hasta la innovación.
Crear entornos que promuevan el bienestar, la conexión y la autenticidad no solo mejora la experiencia del colaborador, sino que se traduce en mejores resultados para las organizaciones.
Escuchar, medir y diseñar con propósito son pasos fundamentales para transformar el espacio de trabajo en una verdadera ventaja competitiva.
No se trata de tener oficinas lindas, sino de generar experiencias que valgan la pena vivir.
El informe resultado del workshop recoge insights, datos del mercado y tendencias concretas que ya están marcando la agenda de las mejores empresas para trabajar en el país.
A partir del análisis de percepciones y casos reales, se evidencia un cambio claro: las organizaciones están dejando atrás los modelos rígidos y estandarizados para adoptar propuestas más empáticas, sostenibles y alineadas con la vida real de sus colaboradores.


El uso de plataformas integradas de beneficios permite centralizar la oferta, personalizar la experiencia y automatizar procesos.
Además, las encuestas periódicas se vuelven una herramienta clave para escuchar a las personas y rediseñar beneficios según etapa de vida, contexto y preferencias reales.
GPTW señala que las prioridades estratégicas para el futuro inmediato serán:
El desafío para las organizaciones ya no es simplemente “dar más”, sino diseñar ecosistemas de beneficios que acompañen a las personas de forma genuina, en todas sus etapas, contextos y necesidades.
La personalización, la inclusión y la inteligencia aplicada al bienestar se vuelven claves para lograr propuestas de valor atractivas, sostenibles y con impacto real.
Este informe no solo refleja un cambio de época, sino una invitación: a construir lugares de trabajo donde el cuidado sea parte de la cultura y no un beneficio aislado.
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